Maestros comprometidos con la educación de frontera
El periodista José Aramayo Herrera hace un repaso del trabajo de los profesores en las escuelas de frontera bolivianas
Educabolivia publicó un artículo con las experiencias del autor en su recorrido por los colegios, con testimonios de los docentes sobre la labor diaria y las expectativas para con el plan “Educación de frontera” implementado por el Ministerio de Educación.
“Yo enseño con piedritas, tapas de refresco, aquí todo sirve. Además, compartimos con los estudiantes no sólo unas horas, sino toda la mañana y parte de la tarde; el horario es continuo”, explica Don Felipe Aguilar, profesor y director en la comunidad Chinocavi, cerca de Charaña, donde 23 alumnos estudian a 4.400 metros sobre el nivel del mar.
Hacia el norte, en una escuela de Cosapa, el profesor Javier Chambi vive en un pequeño cuarto de propiedad de la junta escolar. “Es frío”, se lamenta. “No tiene luz”, reclama. Pero su afán de enseñar a los niños hace que siga adelante. Se provee de agua en un riachuelo que queda a unos 200 metros de distancia y aprovecha los fines de semana para ver a su familia en la ciudad de Oruro y aprovisionarse de alimentos.
La escuela de Cosapa tenía 7 alumnos en el año 2010, pero siguen sumando los niños de las poblaciones aledañas. “Para nosotros no hay paros, huelgas ni marchas, hemos sido preparados para ser maestros de vocación”, afirma con entusiasmo y satisfecho de servir en plena frontera.
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