Compartimos la experienicia de un docente chileno que utiliza videojuegos como Age of Empire, Starcraft o Assassin’s Creed para vincular los contenidos curriculares de Historia con el mundo actual de los estudiantes. 

Felipe Sanzana es profesor de Historia y Ciencias Sociales del Colegio San Ignacio, hace tres años realiza clases de 5° básico a 4° medio. A través de un trabajo conjunto con el equipo de profesores, ha logrado aplicar estrategias con las que buscan impulsar y desarrollar habilidades del Siglo XXI en sus estudiantes. “En el colegio trabajamos como equipo de profesores, estamos todos en la misma. Como departamento de historia queremos desarrollar habilidades en los alumnos, no queremos que memoricen, sino que apliquen los contenidos y por eso, promovemos el pensamiento crítico y trabajo colaborativo e innovamos incorporando tecnologías en al aula, pero asociado al aprendizaje y no solo como recurso técnico”.

Según el docente, si se  pretende buscar buenos resultados, es inevitable conectarse con los intereses de sus alumnos. “Estamos buscando hacer un guiño al mundo de los estudiantes. De ahí, la utilización de redes sociales, pero por sobre todo, videojuegos como Age of Empires, Starcraft para que los chicos aprendan sobre la expansión de un Imperio o Assassin’s Creed III, videojuego sobre Los Templarios.  Con estas prácticas hemos logrado buenos resultados académicos y motivacionales”, señala. “Hace dos años, cuando mostré por primera vez como ejemplo un videojuego, fue una de las primeras clases en las que no tuve que pedir silencio y la participación fue asombrosa, muchas preguntas y todos tomando apuntes”, recuerda.

Hasta ahora, para Sanzana innovar en sus estrategias pedagógicas ha facilitado el aprendizaje de sus estudiantes y está decidido a no finalizar la búsqueda. “En el caso de los videojuegos, logro introducir los contenidos y aprovecho de dar ejemplos vinculados con la historia. Ahora, estoy realizando la implementación del juego en el aula, creando un perfil, de momento a nivel de dibujo, atendiendo a los recursos que disponemos, para que sean ellos mismos imaginen, construyan y dibujen su propio personaje, creando una historia o narración en base a los contenidos señalados, pero presentando un desenlace distinto al conocido, como una forma de estimular la creatividad de los estudiantes, incorporando la planificación de contenidos y los intereses de cada uno”, explica.

Experiencia Post Taller EdLab

Felipe Sanzana participó en junio pasado de la experiencia EdLab de Rómpela, una iniciativa que buscó que directores y docentes de Chile vivieran durante dos días  talleres de innovación en educación.
De esa experiencia Sanzana cree que lo más desafiante comenzó después, en su propio colegio: “Lo primero fue transmitir a mis colegas del colegio que vamos bien encaminados, porque las metodologías que se nos proponen ya las utilizamos, pero nos cuesta darnos cuenta, y ser rigurosos en la aplicación de las herramientas como el ‘diseño del pensamiento’, presentado por Megan Simmons. Si queremos convertirnos en embajadores de la innovación educativa, es importante ser constantes y rigurosos, centrando nuestro foco en el aprendizaje de nuestros estudiantes. Por otra parte, debemos ser capaces de realizar un trabajo colaborativo, no entregando toda la información por parte del profesor, sino que dialogar y dar espacio al estudiante para compartir la información. Dentro de los recursos de aprendizaje, los estudiantes de hoy, comparten la información  y no se atribuyen la propiedad absoluta de los contenidos, sino que abren la posibilidad de modificar y aportar en conjunto”, enfatiza.

-¿Qué es para ti innovar en el aula?

-Innovar es dar un paso adelante en una fila, hacer algo para motivar a los que están atrás para que se motiven o cambien algún aspecto de su vida. La innovación es pedagogía, mi carrera es una innovación constante, ser profesor es ser innovador. El trabajo del profesor en el aula es clave, tenemos que desarrollar la creatividad en nuestros estudiantes, y también en nosotros mismos.

Fuente: educarchile